

Esta primera entrega nos introduce a los Yo-kai, unas extrañas criaturas inspiradas por el folclore japonés que afectan constantemente la vida de las personas, aunque nadie pueda verlos. Cada Yo-kai es muy diferente, y con sólo estar cerca de alguien pueden provocar efectos tan diversos como hacerle estornudar, provocarle hambre o forzarle a discutir con un amigo, entre muchas otras consecuencias desafortunadas.

Nathan es un chico de lo más normal, que hasta ahora ha pasado su vida en la ciudad de Floridablanca sin percatarse de la presencia de estas criaturas. Su grupo de amigos (que también son sus compañeros de clase en la escuela) parece claramente inspirado por el de Nobita en Doraemon: Oso es un chico corpulento y algo temible pero que en el fondo tiene muy buen corazón (un poco al estilo de Gigante), Dudu forma parte de una familia rica y sus padres siempre le compran juguetes caros (como Suneo), y también está Katie, una chica guapa y amable que se lleva muy bien con Nathan y que puede recordar un poco a Shizuka.

Es posible elegir como protagonista jugable tanto a Nathan como a Katie, dependiendo de si preferimos jugar con un chico o con una chica. La historia se desarrolla de manera muy similar con ambos, pero los diálogos cambian un poco según el protagonista y hay algunas diferencias. La aventura principal está dividida en 11 capítulos, y cada uno de ellos cuenta con una historia propia que se resuelve al final del mismo. En este sentido, se nota que el juego fue concebido a la vez que una serie de televisión. Eso sí, muchas de las cosas que suceden durante la aventura están relacionadas de algún modo, aunque no se puede decir que haya una historia principal realmente sólida y bien desarrollada; más bien pequeñas aventuras conectadas, que pese a su evidente sencillez son simpáticas y tienen cierto encanto.

En cualquier caso, al principio del juego nuestro protagonista se hace por casualidad con un misterioso reloj conocido como Yo-Kai Watch, que le permite ver a los Yo-kai. Cuando hay uno de estos seres cerca, el reloj lo detecta y podemos usar una lupa especial para tratar de encontrarlo en el escenario, lo cual nos permite enfrentarnos a ellos para poner fin a sus travesuras y salvar así a sus confundidas víctimas humanas.

Pero lo mejor de todo es que este reloj también hace posible trabar amistad con ellos, y hay más de 200 para reclutar: algunos se unen automáticamente como parte de la historia, mientras que a la mayoría hay que conquistarlos en combate. Si le caéis bien a un Yo-kai, puede que quiera hacerse vuestro amigo al finalizar la batalla; y si le lanzáis una comida que le guste, hay más posibilidades de que esto ocurra.
Peleando con los Yo-kai
El sistema de combate es uno de los elementos más característicos del juego. Hasta seis Yo-kai pueden formar parte de nuestro equipo de batalla, aunque sólo tres pelean al mismo tiempo: en la pantalla táctil hay una especie de rueda que podemos girar para alternar entre los seis Yo-kai, y que así estén activos los tres más apropiados para cada momento del combate. Además, hay ocho grandes “tribus” Yo-kai (por ejemplo: siniestros, misteriosos o valientes), y cada criatura forma parte de una de ellas; si juntamos a más de un Yo-kai de la misma tribu en combate, se vuelven más eficaces, lo cual es importante a la hora de elegir la distribución de nuestro equipo.

Pero lo más curioso de todo es que las criaturas pelean por su cuenta, y la personalidad de cada Yo-kai determina su estilo de pelea: por ejemplo, algunos se centran en ataques básicos y otros en sanar a sus compañeros heridos, y muchos de ellos son propensos a vaguear en medio de la batalla, aunque también hay ciertas formas de modificar sus personalidades para que se ajusten mejor a nuestras necesidades.
Eso sí, el jugador no se limita a mirar pasivamente los combates, para nada: además de girar la rueda Yo-kai a menudo para intercambiar constantemente la posición de nuestras criaturas (que como os decíamos es muy importante), nosotros ejecutamos manualmente los ataques más poderosos de los Yo-kai, los Animáximum. Cada vez que seleccionamos uno de estos movimientos, debemos realizar unas secuencias táctiles como trazar círculos con el stylus, tocar bolitas que se mueven o dibujar sencillas figuras. Lo mismo tenemos que hacer (aunque con minijuegos táctiles ligeramente diferentes) para purificar a nuestros Yo-kai cuando el enemigo les provoca estados alterados. Esto hace que los combates sean más dinámicos y emocionantes, aunque en su contra hay que decir que las secuencias táctiles son poco variadas y se acaba haciendo repetitivo hacer siempre las mismas.

Lo cierto es que al principio el sistema de combate puede resultar muy extraño, y en los primeros compases de la aventura cuesta un poco cogerle el gusto. Pero después de una o dos horas jugando, lo más probable es que os acostumbréis a sus peculiaridades y consigáis valorarlo como lo que es: un sistema innovador que se vuelve más divertido cuanto mejor lo dominamos, y que brilla especialmente en los largos y apasionantes combates contra jefes. Es en esas grandes batallas cuando realmente se pone de manifiesto la profundidad de sus conceptos jugables, pues contra estos duros enemigos se hace necesario plantear estrategias eficaces e identificar sus puntos débiles.
Explorando Floridablanca
La ciudad de Floridablanca, donde se desarrolla la aventura, es otro de los mayores logros del juego: su tamaño es enorme, está dividida en muchas zonas y escenarios, y gráficamente está construida con atractivo. Al principio sólo podemos recorrerla a pie, pero a partir de cierto momento de la aventura recibimos una útil bicicleta para movernos más rápidamente, y también desbloqueamos una especie de portales para transportarnos directamente a puntos concretos de la ciudad.

Y la ciudad no sólo es inmensa, sino que además está a rebosar de personajes con los que hablar, y muchos de ellos nos encomiendan numerosas misiones opcionales mediante las que obtenemos diversas recompensas. La cantidad de estas misiones nos ha sorprendido, aunque la mayoría son bastante sencillas: por ejemplo, derrotar a Yo-kai concretos, conseguir objetos específicos o encontrar a otros personajes en la ciudad.

De lo que no cabe duda es que Floridablanca esconde muchísimos secretos e incluye funcionalidades de todo tipo repartidas en sus calles y casas. En uno de sus templos (y tras completar cierta misión) accedemos a la fusión de Yo-kai, lo cual es muy útil ya que nos permite obtener criaturas más poderosas si contamos con la combinación necesaria (algunas fusiones requieren dos Yo-kai, y otras un Yo-kai y un objeto).
También hay un motel en el que se alojan Yo-kai de otros jugadores con los que nos cruzamos por StreetPass, y un edificio desde el que podemos retar a nuestros amigos en batallas. Por desgracia, sólo se puede combatir contra otros jugadores en modo local, y habrá que esperar a la segunda entrega para disfrutar de multijugador online.
Apartados técnico y sonoro
No sólo los Yo-kai están diseñados con un gran gusto y carisma, sino que la ciudad de Floridablanca se ve realmente bien, tiene numerosos detalles y es un placer explorar sus calles y edificios. En este sentido, supera a la ciudad de los Inazuma Eleven. Además, y como es habitual en los juegos de Level-5, el juego incluye escenas animadas de gran calidad que narran ciertos momentos de la historia.

Es también de agradecer que el juego venga doblado al castellano, aunque la mayoría de diálogos se presentan con sólo texto. También están muy cuidados tanto los efectos de sonido como la banda sonora, la cual incluye temas realmente simpáticos y pegadizos que consiguen transmitir un aura fantasmal que pega muy bien con la aventura.
ENLACES DE DESCARGA
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